- El objetivo principal de la jornada ha girado entorno a conocer los problemas presentes y futuros de cómo afecta la COVID-19 a los pacientes crónicos, una preocupación que atañe no sólo al sector sanitario, sino también al político y al económico.
Boehringer Ingelheim España e Hiris Care celebraron el 10 de febrero una jornada de conferencias virtuales sobre cronicidad bajo el título «Atención a la cronicidad durante la COVID-19: el futuro lo hacemos juntos». Durante la jornada, se llevó a cabo una reflexión conjunta desde la vertiente de los pacientes, clínica, política e institucional acerca del reto sanitario y social que supone la cronicidad en un contexto sanitario marcado por la COVID-19. La pandemia está teniendo efectos negativos importantes tanto sobre aquellos pacientes que contraen la infección por SARS-CoV-2, como sobre un grupo mucho más numeroso de pacientes, crónicos en su mayoría, que se ven afectados por las consecuencias físicas, psicológicas y sociales del escenario actual.
Más allá de las ondas epidémicas que acompañan a la evolución del número de contagios, el ciclo de conferencias impulsado por Boehringer Ingelheim e Hiris Care ha abordado en profundidad las cuatro olas de impacto de la pandemia sobre los enfermos crónicos, que podemos ya contemplar en las consultas y que, según han alertado los expertos, se agravarán en el futuro.
«Nuestra razón de ser, los pacientes, ha guiado siempre la actividad de la compañía. Y creemos que para afrontar con eficiencia los retos que nos plantea la cronicidad, es indispensable la coordinación y cooperación de todos los agentes del Sistema Nacional de Salud: asociaciones de pacientes, especialistas sanitarios, los poderes públicos y, por supuesto, la industria farmacéutica«, ha afirmado en su discurso inaugural Peter Ploeger, Director General de Boehringer Ingelheim España.
A lo largo de la jornada virtual, se han desarrollado diferentes debates anclados en las consecuencias que está teniendo la COVID-19 sobre los pacientes crónicos, y que los expertos han categorizado en cuatro olas diferenciadas. La “primera ola” correspondería al impacto de la COVID sobre los pacientes infectados. La “segunda ola” corresponde a las consecuencias sobre la salud de la falta de atención en las complicaciones urgentes de los pacientes crónicos no-COVID (infartos, ictus, etc.) La “tercera ola” está vinculada a la morbilidad asociada a la falta de atención y seguimiento clínico del paciente crónico como consecuencia de ver demorada o interrumpida la atención que éste precisa, o de una menor adherencia terapéutica. Asimismo, puede ser consecuencia de los cambios en los patrones de autocuidado del paciente crónico, que pueden desequilibrar rutinas de alimentación o de actividad física. Por último, la “cuarta ola”, con una mayor latencia, pero quizá mayor impacto, tiene que ver con la afectación que la COVID-19 pueda tener sobre la salud de los pacientes crónicos debido a determinantes psicológicos o sociales que acompañan a la pandemia. Algunos ejemplos destacados serían el burnout, el aislamiento, el estrés laboral, el desempleo o la pobreza.
Jesús María Fernández, Fundador y CEO de Hiris Care, apunta que «nos encontramos ante una situación de urgencia. El test de estrés al que se ha visto sometido el sistema sanitario debido a la COVID-19 ha puesto al descubierto la situación de especial vulnerabilidad de los pacientes crónicos. Desde el comienzo de la pandemia, estas personas han sufrido, entre otras consecuencias, la limitación al acceso a los recursos sanitarios y una significativa disminución de la monitorización de sus patologías crónicas. No cabe más que construir e impulsar un nuevo modelo sanitario de atención a los pacientes con enfermedades crónicas, crucial para paliar las graves consecuencias de la pandemia y prepararnos para el futuro».
En la primera mesa de debate, María Gálvez, directora de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes; Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes; Joan Escarrabill, director del Programa de Atención a la Cronicidad & Experiencia de pacientes del Hospital Clínic; y Domingo Orozco, coordinador de la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad del SNS hasta 2019, debatieron acerca de la experiencia y necesidades de los pacientes crónicos y de los clínicos que les atienden al cumplir un año de pandemia en nuestro país.
En la segunda mesa, María Luisa Carcedo, Diputada y Exministra de Sanidad, Consumo y Bienestar, y Rubén Moreno, Senador y Exsecretario General de Sanidad y Consumo, nos desvelaron qué podemos y debemos esperar de este trabajo parlamentario.
La tercera y última mesa compuesta por Patricia Gómez Picard, Consejera de Sanidad de las Islas Baleares y José María Vergeles, Consejero de Sanidad y Servicios Sociales de Extremadura, analizaron las respuestas a la cronicidad durante la COVID-19 desde las comunidades autónomas y desvelaron los planes para reforzar la atención sanitaria ante la repercusión de esta pandemia sobre la cronicidad. Son muchas las medidas que se han adoptado para tratar de mantener la salud de los enfermos crónicos durante la pandemia. Desde el refuerzo de la atención primaria hasta el despliegue de nuevos servicios de salud digital, una mejor coordinación con el sector social o nuevas experiencias de continuidad asistencial entre especialistas hospitalarios y de atención primaria.
La Conferencia ha sido clausurada por Pilar Aparicio, Directora de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.