- El ictus es la primera causa de muerte en mujeres en España y la segunda causa de muerte en la población general, sin embargo, el 80% de los ictus son evitables.
- Más del 40% de los pacientes están mal controlados y en el supuesto de adecuar el tratamiento anticoagulante a las guías de práctica clínica, en el País Vasco se podrían evitar 330 ictus o hemorragias mayores, lo que a su vez permitiría ahorrar 4,7 millones de euros en la población con fibrilación auricular no valvular, una enfermedad cuya prevalencia aumenta con la edad.
- Adoptar las recomendaciones clínicas en el uso de las diferentes terapias anticoagulantes, simplificar el visado de inspección de los medicamentos anticoagulantes de acción directa o crear un Observatorio de resultados en pacientes anticoagulados, son algunas de las recomendaciones de los expertos.
El ictus es la primera causa de muerte en mujeres en España y la segunda causa de muerte en la población general. Sin embargo, el 80% de los ictus son evitables, según el informe “Prevención del ictus y control de la anticoagulación en el País Vasco” elaborado por la consultora Hiris y un grupo de expertos en colaboración con Bristol Myers Squibb-Pfizer, que fue presentado el 18 de octubre en la Sociedad Bilbaína organizado por la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao (ACMB). Durante la sesión se ha debatido acerca del actual abordaje del ictus en el País Vasco así como de las potenciales mejoras en cuanto a la prevención del ictus y control de los pacientes anticoagulados en el País Vasco.
En la jornada ha participado Naiara Fernández, Geriatra, Directora Asistencial de IMQ Igurco y Presidenta de la Sección de Geriatría de la ACMB, que ha presentado la prevalencia e impacto sanitario, social y económico del ictus en el País Vasco, así como la situación de los pacientes con Fibrilación Auricular en esta Comunidad Autónoma. Mercedes Varona, Médico y Jefa del Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Basurto, que ha descrito las recomendaciones de las Guías de Práctica Clínica de las Sociedades Científicas españolas y europeas y las brechas actuales entre esas recomendaciones y su aplicación en el País Vasco. Y por último, Jesús María Fernández, Director de Hiris y Ex Viceconsejero de Sanidad del Gobierno Vasco, que ha compartido las recomendaciones recogidas en el informe para mejorar la prevención del ictus y mejorar el control de los pacientes anticoagulados en el País Vasco.
El ictus en Euskadi
El ictus es una de las principales causas de muerte en España y en el País Vasco. Cada año se producen más de 3.000 nuevos ictus en el País Vasco, 20% de ellos secundarios a Fibrilación Auricular (FA). Además, incluso sobreviviendo, dos de cada tres personas presentan secuelas, en muchos casos discapacitantes. Las personas que han padecido un ictus refieren un deterioro muy importante de su calidad de vida, incluso para tareas de la vida cotidiana.
La FA y sus complicaciones potencialmente prevenibles tienen alto impacto, no solo sobre la salud de la población, sino también sobre los costes sanitarios. Hay constancia de un aumento del uso de recursos sanitarios costosos por parte de este tipo de pacientes. Sobre todo, ligados a consultas de Atención Primaria y médicos hospitalarios, así como visitas a urgencias y hospitalizaciones. Todo ello, suma un total de 93,6 millones de coste anual en el País Vasco.
Para la Dra. Naiara Fernández “dado el impacto del ictus en términos de mortalidad, dependencia funcional y calidad de vida percibida por el paciente, debemos garantizar el tratamiento preventivo más eficaz para un primer episodio, o su recurrencia en caso de haber presentado ya un evento isquémico. Uno de cada 5 accidentes cerebrovasculares son de origen cardioembólico, por lo que, en caso de Fibrilación Auricular No Valvular (FANV), instaurar un tratamiento anticoagulante adecuado a la situación clínica (enfermedad renal, determinación del riesgo de sangrado…), funcional (limitaciones para salir de domicilio, existencia de fragilidad y caídas…), cognitiva (limitaciones para el cumplimiento terapéutico o riesgo de errores de dosificación…) y social, (acceso a controles de anticoagulación, ayuda domiciliaria…) puede evitar el evento cerebrovascular, y por ende prolongar la supervivencia, así como los años de vida libres de dependencia ”.
Recomendaciones de Práctica Clínica en Anticoagulación
Los anticoagulantes orales conocidos como antagonistas de la vitamina K (AVK) han sido durante décadas el único tratamiento con seguridad reconocida en pacientes con FA. Sin embargo, su efecto es inestable y requieren una monitorización estricta del tiempo de coagulación, medido por el INR, ya que si el INR es menor al recomendado aumenta el riesgo de ictus, y si es mayor aumenta el riesgo de hemorragia mayor. Un dato alarmante en España es que se estima que entre el 45% y el 55% de los pacientes anticoagulados con AVK no logran un buen control de la anticoagulación.
Desde 2011 se dispone, además, de una nueva clase de medicamentos, conocidos como anticoagulantes orales de acción directa (ACODs), que se presentan como una oportunidad frente a las limitaciones de los AVK. A diferencia de los AVK, este grupo de fármacos tienen un efecto anticoagulante estable y son más sencillos de controlar ya que no requieren de los controles analíticos continuos que sí necesitan los AVK. Además, tienen menor riesgo de homorragias intracraneales y menor riesgo de interacciones con medicamentos y alimentos que con AVK.
Las Sociedades Científicas españolas se han pronunciado a favor de utilizar los ACODs como primera línea para la anticoagulación oral, tal como recomiendan los últimos informes de agencias de evaluación de tecnologías sanitarias en Europa. Además, se recomienda cambiar de AVK a ACODs cuando el paciente no logra el Tiempo en Rango Terapéutico (TRT) deseado, un indicador del tiempo que el paciente anticoagulado pasa con un INR deseado.
Según la Dra. Mercedes Varona “la anticoagulación salva vidas en pacientes con fibrilación auricular y es el tratamiento fundamental en cualquier ámbito asistencial y por supuesto en Urgencias; los anticoagulantes de acción directa son más efectivos y seguros, mejores en cuanto a la logística de la prescripción y evidentemente reducen la mortalidad”.
Situación de la anticoagulación en el País Vasco y oportunidades para la prevención
Sin embargo, la prevención del ictus en el País Vasco no es acorde a las Guías de Práctica Clínica (GPC) lo que se traduce en un inadecuado tratamiento anticoagulante (TAO). Según un estudio de 2019 realizado por la Sociedad Española de Cardiología, más del 40% de los pacientes están mal controlados con AVK en el País Vasco. En el supuesto de adecuar el TAO a las recomendaciones de las GPC, en el País Vasco se podrían evitar 330 ictus o hemorragias mayores, lo que a su vez permitiría ahorrar 4,7 millones de euros en la población con Fibrilación Auricular No Valvular (FANV).
El País Vasco refleja una situación instaurada en España ya que el uso de ACODs va muy por detrás de la mayoría de países europeos, pese a los buenos resultados económicos y sobre la salud de los pacientes.
Para poder mejorar la situación de estos pacientes, el informe recoge una serie de recomendaciones de buenas prácticas en la prevención de ictus en FANV: flexibilizar el inicio de TAO con ACODs en pacientes con alto riesgo de ictus y/o hemorragia mayor y/o con bajas posibilidades de lograr un adecuado control con AVK, reducir a 3 meses el plazo para cambiar de AVK a ACODs en pacientes con mal control con AVK, elevar el TRT objetivo al 70%, establecer un sistema de alerta al médico para identificar tempranamente los pacientes mal anticoagulados, simplificar el visado de inspección: pasar a un visado automático con revisión posterior, y crear un Observatorio de resultados en pacientes anticoagulados.
Jesús María Fernández, Director de Hiris y Ex Viceconsejero de Sanidad del Gobierno Vasco, valora “Durante la pandemia de coronavirus muchos pacientes anticoagulados tuvieron dificultades para acudir a realizar sus controles periódicos, por eso en la mayoría de CCAA se flexibilizaron los criterios para facilitar el uso de los medicamentos de acción directa. Lamentablemente después de la pandemia esta flexibilización se está revirtiendo. Los Servicios de Salud tienen ahora la oportunidad de cambiar algunas cosas que no se hacían bien antes de la pandemia, y una de ellas es revisar los criterios para facilitar el uso de tratamientos que están avalados científicamente, son más seguros, eficaces y pueden ahorrar mucho sufrimiento a las personas en forma de ictus y sus secuelas”.
Colaboradores del informe
Además de los asistentes al evento, el informe ha contado con la contribución de Ander Larrazabal, Médico de Atención Primaria en OSI Bilbao-Basurto (Osakidetza) y ExDirector Gerente en Comarca Eskerraldea Enkarterri (Osakidetza) y Hospital de Laredo (Servicio Cántabro de Salud), Arantza Pérez Rodrigo, Médico de Atención Primaria de la Residencia Municipal de Basauri y ExPresidenta de la Sección de Geriatría de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, Félix González, Servicio de Neurología y miembro de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario Donostia, Julio Agredano, Presidente de la Fundación Freno al Ictus, Óscar García Regata, Médico en el Servicio de Medicina Interna del Hospital Araba, Santiago Rabanal, ExDirector Gerente de OSI Eskerraldea – Hospital Cruces, y Sonia Velasco del Castillo, Médico en el Servicio de Cardiología del Hospital Galdakao y Presidenta de la Sociedad Vasco Navarra de Cardiología.